Antecedentes: los Estados en los Estados Unidos varían ampliamente en sus enfoques para restringir la conducción para pacientes con epilepsia. Muchos estados han reducido las restricciones sin convulsiones o han adoptado regulaciones flexibles que tienen en cuenta factores clínicos individuales para determinar los privilegios de conducción., Los autores resumieron las restricciones estatales de conducción para los pacientes con convulsiones, en particular las prácticas reguladoras no publicadas, y determinaron el papel y la responsabilidad de los médicos en la evaluación de la seguridad de conducción para los pacientes con epilepsia.
Métodos: los autores encuestaron a las oficinas de administración de vehículos motorizados en los 50 estados y el distrito de Columbia y compararon las leyes, regulaciones y prácticas que restringen la conducción para las personas con epilepsia. Las principales respuestas de un cuestionario fueron confirmadas por las administraciones estatales de vehículos automotores mediante entrevistas telefónicas y un resumen ejecutivo firmado.,
resultados: veintiocho estados, incluido el distrito de Columbia, tienen leyes que requieren que los pacientes con epilepsia estén libres de convulsiones por períodos fijos únicos, con una restricción mediana de seis meses (rango, 3 a 12 meses). Veintitrés estados han adoptado enfoques más flexibles para restringir la conducción de vehículos, tales como diversas restricciones sin convulsiones basadas en factores clínicos individuales. Muchos estados permiten a los pacientes conducir después de períodos sin convulsiones más cortos que los establecidos en sus leyes. Sin embargo, estas prácticas suelen ser inéditas y no son fácilmente accesibles., Los médicos ayudaron a determinar cuándo sus pacientes pueden conducir en 13 estados y no estaban legalmente protegidos para sus evaluaciones en seis de estos estados.
conclusiones: los Estados varían ampliamente en la forma en que regulan la conducción de los pacientes con convulsiones. Estos enfoques regulatorios variados presentan modelos potencialmente valiosos para determinar cómo se puede regular mejor la conducción para proteger la seguridad pública y del paciente de manera óptima, al tiempo que permiten que los pacientes con convulsiones controladas conduzcan.
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